Mientras Jesús comenzaba su camino hacia Jerusalén, un hombre corrió hacia Él, se arrodilló y le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?”“¿Por qué me llamas bueno?”, preguntó Jesús. “Nadie es bueno sino solo Dios. Pero para responder a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: ‘No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio. No engañarás a nadie. Honra a tu padre y a tu madre.’” “Maestro,” respondió el hombre, “he obedecido todos estos mandamientos desde que era joven.”Jesús miró al hombre y sintió un amor genuino por él. “Aún te falta una cosa,” le dijo. “Ve, vende todo lo que tienes y da el dinero a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Luego, ven y sígueme.” En ese momento el rostro del hombre se ensombreció, y se fue muy triste, porque tenía muchas posesiones.          Marcos 10:17-22 (NTV2)

ASEGÚRATE DE SABER A QUIÉN ESTÁS CORRIENDO 

Oh Dios, tú eres mi Dios; con ansias te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra seca y agotada donde no hay agua. Tu amor inagotable es mejor que la vida misma; ¡cómo te alabo! Te alabaré mientras viva, levantando mis manos hacia ti en oración. Me satisfaces más que el banquete más delicioso. Te alabaré con cánticos de alegría. Permanezco despierto pensando en ti, meditando en ti durante la noche.               Salmo 63:1, 3-6 (NTV2)

RECONOCE QUE LA OBEDIENCIA ESTÁ ARRAIGADA EN LA RELACIÓN 

Pues nadie puede ser hecho justo ante Dios por hacer lo que la ley manda. La ley simplemente nos muestra lo pecadores que somos. Pero ahora Dios nos ha mostrado una manera de ser hechos justos ante Él sin cumplir con las exigencias de la ley, como lo prometieron los escritos de Moisés y los profetas desde hace mucho tiempo. Dios nos hace justos a sus ojos cuando ponemos nuestra fe en Jesucristo. Y eso es verdad para todos los que creen, sin importar quiénes sean.
                    Romanos 3:20-22 (NTV2)

ESTA ES UNA INVITACIÓN RELACIONAL QUE VIENE CON UNA MISIÓN ETERNA 

Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo. Los he llamado amigos, porque todo lo que a mí me enseñó mi Padre se lo he dado a conocer a ustedes. No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure.
        Juan 15:15-16 (NVI)